Photo by Graur Codrin ¿Sabes esos momentos en donde te sientes tan mal contigo mismo que te quieres esconder del mundo entero? Todos hemos estado ahí. Cuando eso pasa yo me siento como el muchacho de la foto: solo quiero esconderme en mi cama por cuanto tiempo pueda! Pero he aprendido que la culpabilidad es solo una trampa que nos separa de lo que amamos. Muchas veces nos limitamos a acercarnos más a Dios porque nos sentimos mal de nosotros mismos, como si fuera posible escondernos de Su presencia. Honestamente, lo mejor que podemos hacer en momentos así es desahogarnos completamente delante de Su presencia.; sin importar cuan horrible o estúpidos sentimos que sean nuestros pensamientos, necesitamos sacarlo todo afuera y ser completamente abiertos y honestos con nuestro Padre. No hay un sentimiento más liberador que cuando ponemos todas nuestras cargas a Sus pies! Así como: "Hola Dios, esto es lo que esta pasando ahora mismo en mí y honestamente no puedo seguir lidiando con esto, por favor toma control, ayúdame, porque si yo pretendo manejar todo esto sin Ti me vuelvo loco!" La conversación quizá sea más profunda o hasta más casual, tal vez haya mucha ira, o confusión, o quizá solo te sientes completamente apático, desganado, el punto es que no importa como te sientas, te desahogues y lo dejes todo en las manos de Dios. "Ustedes viven siempre angustiados y preocupados. Vengan a mí, y yo los haré descansar. 29 Obedezcan mis mandamientos y aprendan de mí, pues yo soy paciente y humilde de verdad. Conmigo podrán descansar." Mateo 11:28-29 Traducción en lenguaje actual (TLA)
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